La menopausia puede afectar tu piel más de lo que imaginas. Conoce por qué cambia, cómo cuidarla y qué hábitos y productos realmente funcionan.
Tu piel está cambiando. Y sí, se puede cuidar.
Piel más fina, seca, con menos firmeza. Para muchas mujeres, los cambios en la piel son una de las señales más visibles de la menopausia.
Pero detrás de las líneas de expresión y la sequedad, hay una historia más profunda: la caída hormonal, el estilo de vida y los hábitos que sí hacen la diferencia.
¿Qué le pasa a tu piel en esta etapa?
Con el paso del tiempo, la piel pierde colágeno, elasticidad y capacidad para retener humedad. La caída del estrógeno durante la menopausia acelera estos procesos.
Los cambios más comunes son:
• Aparición de arrugas y flacidez
• Sequedad o descamación
• Textura más áspera
• Manchas oscuras o tono desigual
La piel también se vuelve más sensible al daño solar y al riesgo de cáncer de piel.
Los grandes enemigos: el sol y el cigarrillo
Dos factores que aceleran el envejecimiento de la piel y pueden evitarse:
• Exposición solar y rayos UV
• Tabaquismo
El sol daña el colágeno y genera manchas. El cigarrillo disminuye la oxigenación de la piel y promueve arrugas prematuras.
Hábitos que sí ayudan a tu piel
Cuidar la piel en esta etapa no tiene por qué ser complicado. Aquí algunos básicos que marcan la diferencia:
• Usa protector solar de amplio espectro todos los días
• Reaplica cada 2–3 horas si estás al aire libre
• Evita el sol entre las 11 a.m. y las 3 p.m.
• Hidrátate bien y sigue una dieta equilibrada
• Duerme bien y gestiona el estrés
• Usa cremas hidratantes con ácido hialurónico o ceramidas
• Evita los bronceados: incluso los leves indican daño en la piel
¿Y los tratamientos dermatológicos?
• Los retinoides tópicos y el ácido hialurónico mejoran textura e hidratación.
• Algunos dermatólogos pueden recetar cremas o tratamientos como láser o peelings.
• La terapia hormonal sistémica (TH) puede mejorar la elasticidad, pero no se prescribe solo por motivos estéticos.
• Las cremas con estrógenos de uso tópico con fines cosméticos aún están en investigación.
Consulta siempre con una dermatóloga si notas cambios inusuales en tu piel o si algún lunar cambia de forma o color.
Tu piel no se está apagando. Está cambiando contigo. Y con el cuidado correcto, puede seguir brillando.