Los problemas del suelo pélvico como la incontinencia o el dolor son comunes durante la menopausia, pero no inevitables. Conoce cómo tratarlos y fortalecer esta zona clave. Tu suelo pélvico también importa (y mucho más de lo que imaginas)
Los músculos del suelo pélvico cumplen funciones fundamentales en tu salud: ayudan a controlar la vejiga y el intestino, sostienen tus órganos internos y afectan directamente tu placer sexual.
Durante la mediana edad, estos músculos pueden debilitarse o volverse hiperactivos. Esto puede provocar:
• Incontinencia urinaria o intestinal
• Sensación de presión o pesadez en la pelvis
• Dolor durante las relaciones sexuales
• Prolapso de órganos pélvicos (cuando los órganos se desplazan hacia abajo)
• Cambios en la sensibilidad sexual
La buena noticia es que, aunque son problemas comunes, no son normales ni inevitables. Y lo más importante: pueden tratarse.
Incontinencia urinaria: por qué ocurre
La incontinencia urinaria es uno de los problemas más frecuentes del suelo pélvico. Aunque no está causada directamente por la menopausia, se vuelve más común con la edad.
Los dos tipos más habituales son:
• Incontinencia de esfuerzo: se escapa la orina al toser, estornudar o levantar peso.
• Incontinencia de urgencia: aparecen ganas repentinas de orinar, que pueden terminar en un accidente.
Muchas mujeres tienen incontinencia mixta, es decir, una combinación de ambas.
Factores como el parto, algunas cirugías, el sobrepeso, la diabetes, las infecciones o ciertos medicamentos pueden aumentar el riesgo.
Cómo se diagnostica
Una profesional de salud puede pedirte que lleves un diario miccional durante unos días, revisar tu historial médico, realizar un análisis de orina o hacer un examen físico. También puede evaluar si vacías bien la vejiga y si hay órganos comprometidos.
Opciones de tratamiento: qué ayuda y por qué
Medidas cotidianas:
• Limitar la ingesta de líquidos a unos 2 litros al día
• Evitar la cafeína si aumenta la urgencia urinaria
• Bajar de peso si es necesario
• Orinar con horarios fijos, aunque no sientas ganas
Para la incontinencia de esfuerzo:
• Control de la tos: dejar de fumar y tratar afecciones respiratorias
• Insertos uretrales: dispositivos similares a un tampón que bloquean pérdidas al hacer actividad física
• Pesarios: aros de silicona o látex que se colocan en la vagina para sostener los órganos
• Fisioterapia del suelo pélvico: sesiones con profesionales que guían ejercicios personalizados, con o sin estimulación eléctrica o biofeedback
Para la incontinencia de urgencia:
• Entrenamiento vesical
• Medicamentos específicos
• Estimulación nerviosa
• Inyecciones de Botox en la vejiga, si los tratamientos anteriores no funcionan
En algunos casos: cirugía
Si nada más funciona, existen opciones quirúrgicas mínimamente invasivas que pueden ser muy efectivas.
Ejercicios de Kegel: un hábito poderoso para esta etapa
Los ejercicios de Kegel fortalecen el suelo pélvico y pueden ayudar a prevenir o mejorar la incontinencia.
Cómo hacerlos:
1. Contrae los músculos que usarías para detener la orina.
2. Mantén durante 3 segundos y luego relaja.
3. Hazlos durante 5 minutos, tres veces al día.
4. Aumenta 1 segundo por semana, hasta llegar a 10–15 segundos.
Consejo extra: cuando los domines, contrae antes de toser o estornudar para evitar pérdidas.
El cuidado del suelo pélvico es salud. No estás sola. Hay soluciones, hay apoyo y hay esperanza.