(Lo bueno, lo malo y lo que nadie te dice, versión 40+)
Tienen muchos nombres: Ozempic, Wegovy, Mounjaro, Zepbound. Quizás una amiga te lo recomendó. Tal vez lo escuchaste en el consultorio. O puede que tu Instagram esté lleno de “antes y después”.
Las inyecciones para bajar de peso—especialmente las que usan medicamentos como semaglutida o tirzepatida—están en boca de todos. Y para muchas mujeres en menopausia, parecen una esperanza frente al aumento hormonal de peso.
¿Son una solución mágica… o solo otra moda pasajera?
Acá te contamos todo: sin juicios, sin promesas vacías. Solo hechos.
LO BUENO
Funcionan—y pueden ser aliadas en la menopausia.
- Regulan el apetito y la insulina, dos factores muy alterados en esta etapa.
- Muchas mujeres logran bajar de peso después de años de frustración.
- Algunas reportan mejora en el azúcar en sangre, menos ansiedad con la comida y más energía.
Cuando el cuerpo no responde a hábitos saludables, estas medicinas pueden equilibrar el terreno.
LO MALO
No son mágicas—y no son para todas.
- Los efectos secundarios son frecuentes. Náuseas, estreñimiento, fatiga e incluso pérdida muscular.
- Si no combinás con ejercicio de fuerza y proteína, podés perder más músculo que grasa.
- El peso puede volver al dejar la medicación si no hay un cambio de hábitos duradero.
- Algunas mujeres sienten desconexión con la comida y con el placer de comer.
LA VERDAD
Es una decisión médica—no un atajo estético.
- Son medicamentos para la diabetes, no fórmulas mágicas. Requieren seguimiento médico.
- Peso no es igual a valor. Pueden ser una herramienta… pero no son imprescindibles.
- El costo puede ser elevado, y no siempre hay cobertura.
- Y sí: la piel, el rostro y el pelo pueden cambiar después de una pérdida de peso rápida.
Tu cuerpo, tus reglas. Pero la información te empodera.
En Menopausia.com, creemos que las decisiones informadas también son decisiones bellas.
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